Hay días en el calendario marcados como de mala suerte, ya sean viernes o martes 13, para muchos son días inequívocamente de malos augurios y de oscuros destinos.
El pasado martes 10 de abril, a mi criterio, ha sido de los días mas negros en la historia del ciclismo salvadoreño. ¿Qué pasa en nuestra sociedad?, como es posible que en menos de veinticuatro horas, dos ciclistas y a la vez amigos míos, son atropellados el mismo día en escenarios diferentes.
Giovanni Guevara en bicimontaña.
Al medio día, el integrante del equipo Fly Bikes Giovanni Guevara que se preparaba para participar en la próxima edición de la Vuelta a Guatemala, fue arrollado por un conductor irresponsable a bordo de un pick up, en la zona del Regimiento de Caballería sobre la carretera hacia Santa Ana, Guevara sufrió, fisuras en sus costillas, laceraciones en su cuerpo y triple fractura de clavícula; lesiones que lo marginaran durante algunos meses del ciclismo nacional, adonde siempre mostro ser portador de talento y coraje deportivo.
Team THULE y Daniel Rivera (casco rojo).
El otro caso, ocurrió a las seis de la mañana sobre la carretera de Oro, a la altura de Apopa, a donde un carro particular, embistió por la parte trasera de su bicicleta, a Daniel Rivera, corredor Máster del equipo THULE, Danny voló sobre la capota del vehículo y cayó al asfalto, el impacto le provocó la ruptura del omoplato.
Como quedó la bicicleta de Danny.
Contrario al caso de Giovanni Guevara adonde el conductor huyo cobardemente de la escena, en el incidente de Daniel Rivera, el motorista del automotor si detuvo la marcha y auxilió al ciclista caído en el asfalto, el conductor también facilito su celular para que Daniel Rivera se comunicara con sus familiares y así resolver la penosa situación.
Ambos corredores fueron trasladados a hospitales diferentes, pero debido a la gravedad de sus lesiones, fueron remitidos al Seguro Social, a donde por cuestiones del destinos se encontraron, se saludaron, incluso se tomaron una foto, entre risas y malos recuerdos, porque así son estos héroes del asfalto, inmunes al dolor, aun en medio del sufrimiento hubo sonrisas y eso es de admirar.
De estos lamentables acontecimientos flotan algunas preguntas:
¿Hasta cuándo? nuestras autoridades harán cumplir las leyes para proteger a estos valientes jóvenes que día a día arriesgan sus vidas por el simple hecho de ser ciclistas.
¿Hasta cuándo? nuestro país tendrá campañas de concientización hacia el uso de la bicicleta como medio de transporte y deporte.
Y la más importante de todas las preguntas, fuera de cualquier tipo de legislación o leyes vigentes, ¿Hasta cuándo? los automovilistas distinguirán al ciclista como un obstáculo en su camino… A lo cual respondo “El ciclismo no obstaculiza el trafico… porque es trafico”.
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