martes, 17 de febrero de 2015

Miguel Ángel Murgas, Corazón de Hierro

Tenía muchos años de no ver en el ciclismo el anhelo, el deseo y el amor por la victoria.

     La tarde del sábado 14 de febrero, día del amor y la mistad, fue diferente para Miguel Ángel Murgas, un pequeño niño originario de la ciudad de Atiquizaya, ubicada en el departamento de Ahuachapán, al occidente de El Salvador. Con la ilusión de todo chiquitín y con el apoyo de su familia, Miguelito se hizo presente a la segunda fecha de la copa Bicicross, realizada en la pista Texops.

Luego del debido trámite  de inscripción la respectiva revisión técnica de su máquina y equipamiento el colegio de comisarios le dio el aval, acto seguido Miguelito quedaba a la espera de su primera competencia en su vida. Ya en los entrenos libres previo a la carrera, el pequeño Miguel practicó sobre los 190 metros de pista por primera vez. Tranquilo  anduvo en su pequeña bicicleta, revisando palmo a palmo el recorrido, sin presiones, divirtiéndose entre saltos y subidas, enfrento los tramos de rectas llamados “lomos de camellos”, los tres  peraltes, y una larga recta final, con un cierre difícil, el callejón de los sustos.


Llegó el momento, los jueces llamaron a los niños de la categoría de 5-6 y 7-8 años, entre las asistentes formadas en la línea de salida,  con un alto perfil de ganadoras estaban las hermanitas guatemaltecas Nicole y Pamela Custodio quienes darían el todo por seguir con su racha de triunfos en nuestro país. Se formaron, Miguelito quedo al centro del grupo, flanqueado por el guatemalteco José Barrera y el nacional Daniel Orellana, completaban la parrilla de salida Nicole y Pamela Custodio. Momentos de tensión se vivieron cuando el sistema hidráulico de salida anuncio el conteo, tres pitidos anuncian la salida, al tiempo que la parrilla cae estrepitosamente dando a los pequeños pilotos la libertad de movimiento.

Miguelito demostró un gran arranque, el ahuachapaneco miembro del equipo Atiquizaya BMX dirt, se lanzó por el triunfo, aunque los primeros tramos le pusieron en aprietos, el chiquitín valientemente corregía con gran astucia los imprevistos que se le ponían al frente. Entre el polvo, llantas cruzadas, peraltes peligrosos, arriesgadas maniobras, todos los peques  formaron un mar de pequeñas ruedas, Miguelito a bordo de su humilde bicicleta se mantuvo al frente, con mucha valentía, y así daba la primera campanada de la jornada, la vencer en un apretado y emocionante duelo el hits inicial de la categoría infantil de los 7 a los 8 año.
Hubo gritos de alegría y apoyo para el connacional, quien con su gran actuación nos quitó la pereza de la tarde calurosa en la zona de Opico. El evento siguió su curso, pilotos guatemaltecos y salvadoreños, compitieron en varias categorías, y para deleite del publico hubo cerrados duelos cargados de adrenalina, gritos y vivas para los competidores, sin duda un buen ambiente. Llego el segundo hits de la categoría infantil, nuevamente los chicos fueron formados en la parte alta de la plataforma de salida, y ante la duda por un resultado siempre a favor de nuestro corredor, me decía a mí mismo, ¿quizás fue suerte, por eso ganó?, dándole el benéfico de la duda.

Pero no, definitivamente estaba equivocado, una vez mas Miguelito dio cuenta de sus adversarios en una tremenda carrera, sin desmeritar a los demás corredores claro, Miguel fue un gladiador en la pista, metro a metro luchó a brazo partido contras todos, y aunque a veces parecía que su frágil cuerpo cedía ante el embate de la guatemalteca Nicole Custodio, el nuestro siempre tuvo fuerzas y ese sentimiento extra de ganador, para llegar primero a la meta. Lujo de campeón.
La misma historia se repitió en el tercer hit, Miguel impuso su casta, saco una victoria sufrida una vez más, en esos momentos en mi interior algo me decía “Tenía mucho años de no ver en el ciclismo salvadoreño, el anhelo, el deseo y el amor puro, por la victoria”. Llore de alegría, porque descubríamos un nuevo valor, un nuevo tesoro entre la angustia y el sufrimiento del pueblo salvadoreño, entre todos allí estaba Miguelito dándonos una gran alegría.
Al final lo vi orgulloso dando entrevistas a los medios con su casco y su bicicleta verde, lucia como los grandes, humilde y sencillo, como todo niño que busca la diversión en  el deporte. Ya en lo más alto del podio, fue el ciclista más aplaudido, cuando la guapa modelo impuso la medalla, el público estallo en gritos y aplausos, Miguelito subia  por primera vez a lo  mas alto del podio, algo que estoy seguro volveré a ver, felicidades Miguelito Murgas eres un verdadero campeón, un verdadero Corazón de Hierro.

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